Pues nada, ya que sale mi Kendo en primer plano, no puedo negarme a redactar la crónica. Si tuviese que definir la salida de hoy emplearía 2 palabras: frío y coitus-interruptus. Sí, sí, tal como suena. Me explico.
Con un frío del carajo Josep y yo hemos quedado en los Olivos a las 8 abrigados hasta arriba. Por cierto, según mi Garmin (de algo he de presumir) la temperatura media durante todo el recorrido no ha superado los 2 grados.
Pues bien, empezamos con la clásica subida a la Coscollada. La parte final, aun siendo la más dura, se hacía llevadera con el solete. Desde aquí Josep, liderando la I+D+i, nos guía por trialera hacia Can Ruti. Después continuamos con la subida del tanatorio y hasta la carretera de la Conrería. Seguimos luego hacia el Galcerán. Subiendo nos encontramos un avituallamiento de una cursa ciclista de Montornès, pero son pocos los ciclistas que nos cruzamos.
En Galcerán, foto y planificación de dónde ir a desayunar. Acordamos ir al Casal de Tiana. Bajando por las viñas y la culebra empezaba a pensar en el aspecto de un bocata de beicon con queso y una buena cerveza.
Llegando a Tiana se me hacía la boca agua. En el Casal no había apenas gente, se preveía que nos sirvieran rápido, vaya todo tenía buena pinta. Pero en ese momento llaman a Josep, que estaba de guardia, para acudir a Canyet de forma urgente. Así que nos vemos obligados a cancelar el desayuno. Lo dicho, el éxtasis se quedó cortado de golpe.
Regresamos por la B20 a toda castaña de forma que antes de las 11 ya estaba en casa para satisfacción de la familia.
Aun siendo corta la salida (apenas 26 km) me han salido más de 900 m de desnivel. Lástima del inter.. perdón, de haberse cancelado el desayuno.